Cuando el tropezón es caída

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Por Alfredo Grande
   (APe).- Lo más habitual es que se auditen resultados. Grave error. Lo que se deben auditar son los procedimientos. Para los denominados resultadistas, no importa jugar mal mientras se gane. Para otros, otras, otres, si los procedimientos son adecuados, lo más probable es que ganes. O al menos estás en condiciones de vivir la derrota como contingencia y no como castigo.

Siempre hice la diferencia entre derrota y fracaso. La derrota permite no una, sino varias oportunidades más. Pensemos en Salvador Allende, y Lula. Del fracaso no se vuelve. Fracasar es derrotarse a sí mismo. Y los mecanismos proyectivos, culpabilizadores, inoculadores, acusadores, “insultadores”, son los preferidos para los que cultivan el credo de la salvación personal.

Un individualismo atroz en las acciones, desmentido por un relato colectivo en las palabras. En un trabajo anterior decía que los 4 poderes del Estado son el Ejecutivo, el Legislativo, el Judicial y Twitter. O seas las redes sociales. Que no dejan de ser un procedimiento pero que ocupan el lugar de los resultados.

Cuando se gana, todo es maravilloso, incluso las redes sociales. Cuando se pierde, las redes sociales son demonizadas. Para decirlo se usan… las redes sociales. Esto se denomina desmentida . Negar y negar que se niega. Cuesta creer que la jugada magistral, la genial estrategia, no pudo anticipar una versión actualizada de Tu Sam: “puede fallar”.

Las declaraciones del actual Presidente, al menos cuando esto escribo, pero es difícil saber si cuando esto se publique, y del actual presidente de la cámara de diputados, creador de una variante de la resiliencia política denominada “plastilina”, fueron contundentes en la caracterización de la actual vice presidenta, en funciones anticipadas de presidenta regenta.

Los abruptos de la diputada “boca de tijera” demuestran que hacerle el juego a la derecha es un arte que viene de lejos y que se aggiorna de cerca. Siempre en mis ejercicios de política ficción me preguntaba: “¿qué hubiera pasado si ganaba el motonauta, bi gobernador de la provincia de Buenos Aires? Lo que está pasando ahora. Porque el procedimiento fue el mismo. A mi criterio, un procedimiento jerárquico, individualista, donde ser ejerce un privilegio personalísimo. La expresión de esto es cuando hay primarias con una sola opción. O sea: se puede elegir, pero hay una sola lista. Lo único que se puede elegir es no elegir. La burocracia sindical se sostenía en esa práctica totalmente anti democrática y totalmente pro burocrática. Se va a acabar, se va a acabar, pero nunca se acabó.

La burocratización puede ser de también de una sola persona. Se puede ser genio, sin necesidad de querer ser siempre figura. En el caso de que todas las críticas, reproches, acusaciones, interpretaciones salvajes, teorías conspi -paranoicas sean acertadas… ¿alguien puede creer que no se podía anticipar ese devenir al que supuestamente se pretende enfrentar? Siempre la culpa la tiene el chancho y siempre indultamos al que le dio de comer. O quizá se le da de comer al chancho para que tengamos a quien culpar.

Freud advierte: “los dioses de una época son los demonios de la siguiente”. Todo este episodio está descripto en mis escritos sobre la cultura represora. La amenaza, el mandato, la culpa y el castigo. Hoy vemos una de las tantas versiones de la cultura represora. Y desde ya habrá simpatías, idolatrías, lapidaciones de orientaciones diversas. Pero el escenario remite a las jerarquías feudales, mesiánicas, de caudillismos que sostienen el total sometimiento. Triunfo del pensamiento único y derrota del pensamiento crítico. Derrota del pensamiento.

Cuando el actual presidente mientras esto escribo -mas no sé si lo será cuando esto se publique- llamó a desmovilizar, no hubo cuestionamientos en contrario. Ninguno de los que ladran y muerden ahora organizó una pueblada para liberar a Milagro Sala. Y no me hablen de la pandemia, porque el que esté libre de contagio que tire el primer barbijo. La desmovilización empezó desde el triunfo de las PASO de 2019. De lo contrario me hubieran hecho caso cuando escribí que había que hacer una alquimia política para transformar las PASO en un plebiscito vinculante y pedirle la renuncia inmediata del ingeniero de la triste figura. Obviamente, nunca nadie me hace caso. Pero al menos recuerdo que lo dije. Se le dio tres tubos de oxígeno, recuperó votos y re endeudó al país. No escuché a nadie del Frente de Todos vociferar al respecto. Como decían en el barrio: tarde piaste.

Es la hora de que el único heredero que es el pueblo, revoque los trámites sucesorios que hace el partido justicialista. Más allá de la identidad autopercibida con la que se presente. Pisaremos y nos quedaremos en las calles nuevamente. Solamente una izquierda no gorila y solamente un peronismo no macartista, pueden quizá impedir el precipicio del fascismo tan temido.

Ya me dijeron que es totalmente imposible.

Será el momento del delirio al poder. Al menos, es una forma de intentar que el tropezón no sea, al menos necesariamente, la caída del final.

Edición: 4390

 

 


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