Un San Jorge que salve una vida de dos años

|

Por Facundo Barrionuevo

(APe).- En Mar del Plata, empezaron los fríos húmedos, esos que calan los huesos. Eran las diez de la mañana del jueves 2 de julio. Uno de esos días que quedan entre los paréntesis climáticos que forman los temporales de lluvias finas. Los barrios de las afueras del ejido urbanizado crecen sin parar por fenómenos sociológicos diversos. Con calles difíciles de transitar, poquísimas luminarias, con bajas frecuencias de transporte público, microbasurales y con ausencia de instituciones educativas y de salud. “La causa quedó a cargo de la Fiscalía de Delitos culposos”, así concluyen los medios y portales marplatenses, en varias notas periodísticas en los últimos días. La referencia es sobre el incendio de una vivienda en el Barrio San Jorge, donde las llamas y el humo se llevaron la vida de un niño de 2 años.

El oeste marplatense está lejos. A 40 minutos de reacción del SAME y el cuartel de bomberos. En esa eternidad, los vecinos y familiares dejaron jirones tratando de apagar las llamas de un Dragón que lo devoró todo en segundos. El oeste, el sur y el norte de la ciudad están lejos de la sensibilidad política expresada en programas serios de urbanización. La última gran idea fue una versión costera del MetroBus que no llegó a expresarse ni siquiera en papeles.

En la Feliz, los niños y niñas se cuentan con las dos manos semana a semana, entrando al Hospital Materno Infantil por intoxicaciones con monóxido de carbono, fruto de la calefacción por braseros. “En el mejor de los casos se quema carbón, las familias prenden lo que tienen para pelearle al frío, resto de podas o basura si es necesario”, nos cuenta una fuente para APE. Un dirigente social nos dice que “se hace difícil incluso, conseguir la leña para hacer de comer en los merenderos y comedores”.

¿Cómo no narrar desde la rabia?

No es posible el “quedate en casa” seguro, cuando los interiores están desarmados. En el Barrio San Jorge la vivienda incendiada comparte el lote con otras dos de la misma familia. El hacinamiento de muchos contrasta con una realidad desigual donde un tercio de las viviendas que cuenta el municipio están vacías .

Una garrafa, una conexión eléctrica precaria, un brasero. No hay explicación para la muerte niña, para los pibes y pibas que se nos van antes de tiempo por causas evitables.

Los señalamientos acusadores de negligencia nunca apuntan al Estado. No hay figura legal para el estrago masivo que el Dragón de la ausencia estatal realiza cada invierno.

No hubo esta vez, como en la leyenda, un San Jorge que mate al dragón y recuerde al rey que no se olvide de los pobres.

Edición: 4039

 


Suscribite

Suscribite al boletín semanal de la Agencia.

Sobre la fundación

Fundación Pelota de Trapo nació hace décadas para abrigar de las múltiples intemperies a niñas y niños atravesados por diferentes historias de vulnerabilidad social.

Sobre la agencia

Agencia Pelota de Trapo instala su palabra en una sociedad asimétrica, inequitativa, que dejó atrás a la mayoría de nuestros niños y donde los derechos inalienables de la persona humana solo se cumplen para unos pocos elegidos por la suerte