Bepy XV

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Por Angel Fichera

(APe).-No sé muy bien cómo, pero esta mañana incorporé a mi vocabulario el verbo incorporar. Supuse que a partir de allí podría incorporar con más facilidad otras palabras. Hice una prueba y con rapidez incorporé la palabra “glamour”. Es extranjera, pero por lo que vi suele estar en boca de muchos. No en la mía. Aunque no me importó incorporarla y pronunciarla con cierto toque francés de lengua retorcida hacia afuera: glamouuur...

 

De golpe me sentí una estrella de cine, glamouuur, cegado por los flashes de las cámaras, glamouuur, me cubrí el rostro con las manos para evitar el acoso de los paparazzis. La palabra paparazzi no la incorporé esta mañana, si no unos meses atrás –entre otras palabras italianas como acuarela, batuta o anchoa–, mucho antes de haber incorporado el verbo incorporar. Así que se ve que ya venía incorporando palabras y frases sin darme cuenta, sin saber que las incorporaba o, lo que es peor, engrosando mi vocabulario con términos que bien podrían quedarse en los diccionarios y no venir a colmarme la paciencia y la memoria.

Como suele decir el abuelo, mientras acaricia mi cabeza: “El saber no ocupa lugar... Sobre todo si uno tiene el cerebro con muchos estantes vacíos…”.

Edición: 2390


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