El secreto de mi enojo

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Por Alfredo Grande

(APe).- En lo que he denominado “el mejor test proyectivo con música”, Silvina Garré canta en “Diablo y Alcohol”: “no existe ningún punto de partida, si no sabes bien adónde ir”. El analizador privilegiado de los tiempos que corren y nos hacen correr es hacia dónde vamos. O sea: el objetivo estratégico. Lo fundante de nuestro accionar. Y decir lo fundante es pensar la esencia, el carozo de la fruta, lo elemental que no se paga ni alquila con los habituales niveles convencionales que tienden a encubrir.

Los Frentes, cuanto más electorales peor, tienden a funcionar encubriendo. Camouflage que se pierde el día después, o el año después, pero se pierde. Y lo que es peor, también se transforma y se pasa de los sueños que enamoran a las pesadillas que espantan. No es momento, quiero decir, nunca es el momento, de recordar, siglas mediante, todos los intentos de frentismo revolucionario, progresista, más o menos radicalizado, sosteniendo la paradoja que cuanto más radical menos radicalizado, más clasista, menos combativo, etc. El componente encubridor de esos Frentes no puede verse en los momentos del triunfo, de la euforia, del carnaval. Se pierde la diferencia insalvable entre amigo, enemigo, adversario, compañeros de ruta. Sabemos que hay rutas que de tan arruinadas, mejor ir por caminos de tierra. El Peronismo siempre tuvo vocación frentista. Recuerdo que cuando Perón regresó y fue recibido por Rucci, acuñó el intento del Frente Cívico de Liberación Nacional (Frecilina) Los gorilas decían que parecía un antibiótico. Pero duró poco, porque a pesar del “luche y vuelve”, Perón volvió pronto y cuando regresó, fue para luchar contra los que habían luchado para que volviera. Y armó el Frejuli. Era Frente, pero Justicialista. Así no es la vida. Pero las paradojas, que son las contradicciones que no pueden dialectizarse, son protagonistas de la historia argentina. Insistir en que el agua y el aceite se unan en su medida y armoniosamente, es ingenuidad o suicidio, o ambas cosas. La versión K del Frente fue la denominada Transversalidad. Pero la ausencia de radicalización no es patrimonio de los radicales, y eso explica porqué se lo fue a buscar a Cobos. Aunque con gambetas dignas de Messi, luego el kirchnerismo reprochaba a todas y todos, menos a la estrategia oficialista, la existencia de Cobos. Cuando la paradoja estalla en la modalidad implosión o explosión, es bueno tener giles y perejiles, que no es lo mismo pero es igual, para reprocharles. El reproche es el primo caníbal de la crítica y tiene diferentes apariencias. Algunas muy atractivas. Los que no toleran la crítica, son especialistas en el reproche. Por supuesto, hay algunas y algunos que son especialistas en reprochar. “Izquierda siniestra”, dijo Aníbal Fernandez. “Abuelo amarrete”, dijo la Presidenta al referirse al abogado que no pudo comprar 10 dólares. Pienso, aunque eso no garantice que existo, que el pensamiento crítico siempre debe estar dirigido a los que gobiernan. Justamente por eso: porque el acto de gobernar destila un poderoso y embriagante licor que se llama Poder. Y hay un licor absoluto que busca su permanente destilación. Algunos llaman a esto la re re re elección. Cuando estalla la Alianza, hubo multiplicidad de reproches y muy poca crítica. Y no digo auto crítica porque el ejercicio de la crítica siempre es colectiva y autogestiva. Se olvida con demasiada facilidad que la Alianza fue o quiso ser una forma de enfrentar al menemismo converso de Duhalde. El mesmo que luego petardeó y fogoneó el estallido popular del 2001. Eso explica que por ejemplo otra Garré, Nilda, fuera legisladora por la Alianza, y creo que con total legitimidad. En este sentido, quizá en otro no, todos los Frentes están marcados por la coyuntura, pero eso no implica, al menos para mí, que esa coyuntura sea electoral. Lo electoral de la coyuntura debe apreciarse, pero la coyuntura en sentido amplificado está en exceso en relación a lo electoral. ¿Vivimos en coyuntura permanente? En el mejor de los casos, sí. En el peor, vivimos en una nube de gases en la cual lo único importante son los títulos. Y los feriados. La coyuntura no es lo mismo que cortoplacismo político. Cuanto más podamos entender la complejidad de la coyuntura, mejor será la ocasión para construirla y mejor aún, para sostenerla. En años quizá podamos decir que la coyuntura llegó para quedarse, como esos novios que descubren después de años que están casados. Una de las tareas permanentes, ya que la revolución todavía no es permanente, al menos que lo sean algunas tareas, es a mi criterio desmantelar el discurso encubridor del oficialismo. Entrevisté a Alejandro Olmos Gaona en mi programa de radio.1 No solamente no hay desendeudamiento sino que la deuda externa e interna sigue aumentando. Cuando llegó la Fragata Libertad Embargada, el público entusiasta aplaudió cuando la Presidenta mencionó que la deuda se honra y se paga. Temí que del mar estuvieran emanando derivados del ácido lisérgico. Todo es posible. Y probable. No se paga con créditos externos. Se paga con algo peor: créditos internos. Con la cualidad notable que nadie, al menos yo, otorgó poder a funcionario alguno para disponer de mis recursos. Sonríe, el Ansess te ama. Y agradece tu contribución para que los buitres sigan morfando. La etnia qom, aunque no son los únicos, lo sabe. Y lo padece en los cuerpos arrasados. Las organizaciones que no reciben becas para sostener la tarea de mantener a los niños como únicos privilegiados, lo saben. Los jubilados de la mínima, lo saben. Los gondoleros que van a los supermercados, ya que no a Venecia, lo saben. Para comprar un queso descremado y sin sal, tuve que pedir un crédito personal y de consumo Express, eso que algunos llaman “tarjetear”. El IndeK sigue sosteniendo como un transtorno obsesivo compulsivo institucional que con 6 pesos diarios se puede comer. No aclara qué, pero lo imagino. Mientras se practica la solidaridad internacionalista y americanista visitando al compañero Chaves, lo cual está bien y lamento no poder hacerlo personalmente, no se aceptan visitas de familiares de la masacre de Once. Ni de otras masacres. A los qom tampoco y además los matan. Genocidio de goteo lento. Pero implacable. Sin embargo, nada de esto me enoja. Al contrario. Me motiva. Espero que todos los que estamos detrás de la pared que está a la izquierda del kirchnerismo perforemos más temprano que tarde los ladrillos y el revoque fino y grueso y copemos la parada. Justamente porque es coyuntura, es decir, encuentro instituyente. Izquierda es sostener lo legítimo, aunque no sea legal. Derecha es sostener lo legal y pretender que entonces es legítimo. La Ley es dura, pero es la Ley. Pero para los otros, para las otras. Para los amigos, y especialmente para los cómplices, el Poder. No hay otra que arrasar con toda la legalidad que sostiene la cultura represora. Una constituyente social es una forma de realizarlo. No es lo mismo una Constitución Nacional, reforma más, preámbulo menos, que una constituyente social. Es incluso, lo contrario. La Constitución y sus reformas son hija de la necesidad, sobrina de la angustia y nieta del espanto. Por ejemplo: la necesidad, la angustia y el espanto de no perder privilegios. La Constituyente Social es para ganar derechos. Y ganar el poder para poder ejercerlos. La izquierda que es el hada que nunca fue invitada y que siempre es maldecida, tiene que sostener una praxis que sea inclusiva de toda legitimidad. Desde la de comer hasta la de ser feliz. La izquierda clasista, no clasista, la izquierda peronista, radical, socialista, comunista, troskysta. Unidas en la coyuntura, pero no mezclados en un carnaval de urnas y boletas. La unidad en la coyuntura es Unión. Coordinación. Multiplicación. Potenciación. Sin trabajar la coyuntura en su complejidad, no será posible el cambio estructural. Aunque pudiéramos ponernos de acuerdo en qué consistiría ese cambio estructural. Construir la complejidad de la coyuntura es acordar ejes fundantes. Uno de ellos a mi criterio es impedir por todos los medios, incluso los legales, el zarpazo re re re eleccionario. El riesgo de terminar en una monarquía hereditaria no es menor. Como ya dije hace tiempo, Perón sentenció que su único heredero era el pueblo, pero ignoraba que los trámites sucesorios los haría el Partido Justicialista. La herencia fue varias veces malversada. Y no podemos permitir que la sangre derramada sea negociada, asado más, destrucción de los suelos menos. No olvidemos: el oficialismo ha construído una pirámide. En el Frente, la pirámide tiene su lógica invertida y la base está arriba. La tortilla finalmente se dio vuelta. Mi enojo es comprobar mi propia incapacidad para contribuir a construir la complejidad de la coyuntura. Y mucho más me enoja comprobar setenta veces siete, y más también, como se desprecian las coyunturas favorables por personalismos, sectarismos, oportunismos, caprichos, extravagancias varias, iluminismos que deslumbran pero no alumbran. Ese es el secreto de mi enojo. Que seguramente como le pasa al marido cornudo, es el único que no lo sabe. Lo que para mí es secreto, debe ser obvio para todas y todos. ¡Que bien escribe Alfredo! Claro, sólo escribe. ¿Sólo escribo? Aunque no sea así, prefiero pensar que sí lo es. Me da más energía para seguir luchando. No sé si ya hice mucho. Hoy prefiero pensar que no hice nada. Y para atravesar mi enojo y mi tristeza, le pido al entrañable Mario que me acompañe para escucharle decir: “compañero te desvela, la misma suerte que a mí, prometiste y prometí, encender esta candela”. Y que la fuerza me acompañe para que esa candela nunca se apague.

“Al que dijo que a la izquierda del kirchnerismo está la pared, quiero verle la cara cuando caigan los ladrillos y se entere lo que hay detrás de la pared” 

“Las dictaduras toman lo diferente como incompatible y asesinan. Las democracias toman lo incompatible como diferente y se suicidan” 
(aforismos implicados)

Carta a la Presidenta de la Nación
El Lenguaraz Pablo Denardi, de la comunidad Qompi Naqona'a de Villa Río Bermejito, el Impenetrable, Chaco, el 10 de enero redactó la siguiente carta a la Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner:
Le escribo en nombre de los que si le escriben, son perseguidos o asesinados.
Perdone usted se le moleste, nuestra playa recibe muertos, mientras que usted en algún puerto recibe un imponente barco. Hace 500 años recibimos también a muchos hombres de blanco, que hablaban bien como usted, y como usted también hablaban mucho.
Hace ya tiempo nuestros hermanos acamparon enfrente de su casa, la de color Rosa, acamparon hermanos a los que se les quemó la casa, a los que se los golpeó y mató. Usted no nos recibió, seguramente debía llegar algún otro barco, o quizás algún actor importante había acaparado su atención.Queremos sepa nos siguen matando, queremos sepa seguimos sufriendo. Jorgelina, la hija de Félix tiene miedo de ir a la escuela, varios ancianos portan secuelas por los golpes dados aquel día de lluvia en la ruta.Andrés Silva murió por negligencia médica, Galván flotó en el río el 23 de enero de 2012, Imber apareció en la playa este pasado sábado 5 de enero de 2013, y este miércoles 10 de enero Pablo Asijak enterró a su hijo.
Celestina y un bebé de diez meses, en sueños aparecen y nos hacen doler el alma. La joven violada en Espinillo sigue adoleciendo por la injusticia cometida.Y yo un lenguaraz, que tiene su color de piel, odia tener que ver todo este dolor que lo rodea. Quisiera que viera los ojos estos que veo en los rostros de los que hoy son mis hermanos. Quisiera al menos no 6 ni 7 ni 8, sino tan solo una vez usted pueda mirar a los ojos a nuestra comunidad.Le escribo porque aún creo en las palabras, y por ser uno de los pocos que en lengua castellana le puedo traducir el dolor que aquí se vive. Aquí no llegan los twiter, ni las teleconferencias, la vinchuca da vueltas por nuestro rancho, y esclavos de la lluvia, a veces de sed morimos.Pero rendidos no estamos, y no es desde la lástima que le escribo. Sino desde el resisto diario con el que alimentamos nuestra lucha. Y aunque pocos escuchan, llegará el tiempo en que haremos una obligación el que nos preste sus oídos. Llegará el tiempo en que el río no nos traiga más dolor. Llegará el color del monte a florecer nuevamente. Le escribe quien rodeado de muertes, persigue la esperanza de hacer renacer la vida. Lo más terrible se aprende enseguida, lo hermoso nos cuesta la vida.
Aiom nitogoñe kaika carcañipi qom, naroqshe pexaraiq.
Lenguaraz Pablo 
Desde El Impenetrable, Chaco, 10 de enero de 2013

Edición: 2370


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