Son humanos. Sin derechos

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Por Alfredo Grande

“Todos somos iguales ante la ley. Pero la ley no es igual para todos”
(aforismo implicado)

(APe).- Otra casa que está en orden. Los 5 militantes de Patria Libre y el compañero del Movimiento Agrario Popular han sido condenados por la Corporación Jurídica Paraguaya a 25 años de prisión, más la accesoria de 10 años por peligrosidad. Obviamente, no fueron sentenciados por la Justicia, ya que ésta ha estado ausente, es cierto que con aviso. En esta flagrante violación a los derechos humanos, mucho más flagrante porque se realiza en el marco del “estado de derecho” muchos se lavaron las manos. Pero el agua que usaron estaba tan sucia, que es más pertinente decir que se “ensuciaron las manos”.

 

No me importa demasiado que a los felones de la justicia la historia no los absolverá. Lo que si me importa es señalar otra paradoja siniestra de esta cultura represora. Ya no es necesaria la bestialidad manifiesta de un plan cóndor. Está en vigencia un “plan rata”, o sea, un planificado accionar contra militantes populares. Agustín, Roque, Simeón, Arístides, Basiliano y Gustavo son los Sacco y Vanzetti que supimos conseguir. Su condena nada tiene que ver con los actos que cometieron. No fueron condenados por lo que hicieron, sino por lo que son. Las máscaras de los genocidios no dejan de multiplicarse. Pero entendamos: la Justicia es ciega pero jamás es neutral. Ciega entrenada a oler el embriagante olor del poder. De los poderes. Y de lo que se trata, nada menos y mucho menos, es del garante económico de democracias duras o blandas. El gran suplemento dietario que el modelo necesita para seguir sintonizando, más fino o más grueso, es el avance arrasador de la patria sojera exportadora. Pero aclaremos: de soja nadie muere. De agrotóxicos sí. Pero no hay industria extractivista rentable de la soja sin agrotóxicos y semillas transgénicas. Podemos hablar de una agricultura a cielo abierto, tan letal como la minería. La frontera sojera avanza a paso redoblado y se lleva puesto el trabajo de los campesinos que consideran que la tierra no es una enemiga a destruir. Los 6 patriotas encarcelados no lo son por los supuestos delitos imputados. En realidad lo son por algo mucho peor para la Corporación Sojera Transgénica: la lucha que sostienen contra esa máquina bestial de envenenar, enfermar y matar. El glifosato de hoy es el DDT de ayer, Si algo tiene el capitalismo, incluso el más serio de todos, es la coherencia en sus políticas de exterminio masivo. Como cantaba la República Española, qué culpa tiene el tomate que está tranquilo en la mata. Ninguna. Pero el tomate está contaminado, como contaminada está la tierra y los productos que de ella nacen. ¿Cómo hacemos para contaminar, envenenar, al envenenador? Han envenenado tierras y mentes. Instituciones y ciudades. Presidentes electos después de durísimas luchas populares, indiferentes y cómplices del destino cruel de sentencias carentes de toda justicia.

El entonces presidente Lugo pudo con apenas un llamado telefónico, supongo que incluso un mensaje de texto, dar una señal para frenar la extradición de los 6. El gobierno argentino pudo dar refugio a los 6 patriotas, porque era evidente la persecución política del gobierno paraguayo, luego de que fueron sobreseídos en primera instancia. Si poderoso caballero es Don Dinero, como escribiera el talento de Quevedo, más poderosa aún es la multinacional sojera. La presencia de Estados Unidos no es un dato menor. Para la Gran Democracia Exterminadora del Norte, Paraguay es la Colombia de Sudámerica. El Partido Colorado de Paraguay, la sucursal política más eficiente. La oportunidad de rechazar esta conspiración internacional para encarcelar a los 6 la tuvo en sus manos, literalmente, Aníbal Fernandez cuando era ministro del Interior. Pero no quiso apretar esas 12 manos que clamaban justicia y el justo derecho al refugio político, tradición histórica de toda patria libre. En una jerga que deploro, les soltó la mano y las garras de la continuación de Stroessner por otros medios se hundieron en la carne de los campesinos. Pero otro dato que no es menor, por el contrario, a mi criterio es el dato mayor, es como ciertas luchas que son paradigmáticas para defender la democracia real, no la que dibujan y relatan los poderosos, pasan con demasiadas penas y con poca gloria.

Esta lucha de los 6 patriotas paraguayos no es diferente a la de los 5 patriotas cubanos prisioneros del imperio. Ellos están detenidos en forma ilegal por pretender detener el terrorismo contra Cuba. Y hay una solidaridad internacional avasallante contra esa mancha indeleble de los gobiernos estadounidenses que sostienen a la canalla terrorista de Miami. Ayer martes éramos 8 personas escuchando el informe de la Gremial de Abogados, reunidos en la Universidad de los Trabajadores que funciona en la fábrica recuperada IMPA. Y varios, yo entre ellos, recién tomamos debida cuenta de la monstruosidad política y jurídica ante la cual nos enfrentamos. Malos tiempos para las luchas por la libertad, la igualdad y la fraternidad fundante, cuando queda sólo en las manos y los corazones de la militancia. Lentamente, muy lentamente, dejamos de estremecernos ante cualquier injusticia que suceda en cualquier lugar, como pidiera el guerrillero heroico, el comandante Che Guevara. El bienvenido renacer de la política si no se preña de las luchas por la liberación nacional y social, terminará siendo, más temprano que tarde, un aprendizaje veloz del arte de rosquear y de ser servil al poder. Una política transgénica que contaminará las raíces y dará frutos envenenados. La emisión del lunes pasado de mi programa de radio “Sueños Posibles”, se tituló: “Clarín Miente. Monsanto Mata”. Por supuesto que tanta mentira mata y que para matar, nada mejor que mentir. Pero un título es eso: un recorte que permita poner “negro sobre blanco”, y salir del convencional encubridor del sentido común para llegar, o al menos intentarlo, al fundante de la política. Que no es otra cosa que la lucha de clases. Y cuando no hay lucha, deja de haber esperanza, porque el trono no lo ocupa la noble igualdad sino la hegemonía de una casta. La que somete a los 6 patriotas a las peores condiciones para castigarlos por aquello que la cultura represora no perdonará jamás: la lucha contra toda forma de opresión. La Bestia ha tenido muchos nombres en la historia de la humanidad. Y a pesar de historias edulcoradas y melodiosas, no se transforma a la Bestia si nos enamoramos de ella. La Bestia seguirá siendo cada vez más Bestia porque como alacrán gigantesco, está en su naturaleza. Los patriotas paraguayos tienen otra naturaleza. (naturaleza cultural, naturalmente) Decidieron enfrentar a la Bestia. Ellos encarcelados en condiciones no humanas. Yo escribiendo en la comodidad de mi consultorio. La vida no sólo no es justa: habitualmente es injusta. Por eso, atravesado por esta injusticia desgarradora, le pido prestada la palabra a Paco Urondo, para que me permita mandársela a los 6 patriotas del desgarrado Paraguay:
“Del otro lado de la reja está la realidad, de
este lado de la reja también está
la realidad; la única irreal
es la reja. (..) Aunque parezca a veces una mentira, la única
mentira no es siquiera la traición, es
simplemente una reja que no pertenece a la realidad.”

 


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