Represión a cartoneros

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Por Sandra Russo

(APE).- La estación Victoria, de la línea Tigre, fue escenario el 20 de octubre de una feroz represión policial a cartoneros. A las 14.30, fuerzas de seguridad irrumpieron por sorpresa en el andén, interceptaron a los cartoneros que llegaban en el tren, y desataron una razzia digna de los peores tiempos argentinos. A punta de armas requisaron a mujeres, hombres y también niños. Separaron a los que tenían documentos, pero finalmente también a ellos se los llevaron detenidos.

 

Hubo forcejeos y resistencia, pero los cartoneros son débiles e impotentes frente a la policía. Hubo heridos. De la estación se llevaron setenta personas detenidas. La mayoría fue más tarde liberada, después de la identificación dactilar.

Entre las detenciones inexplicables y la salida de la comisaría, los carros quedaron descuidados y 20 de ellos ya no estaban. Esos carros son la principal herramienta de trabajo de toda esa gente. No está de más, ante este giro odioso y peligroso de la policía con respecto a los cartoneros, subrayar que nadie elige juntar cartones, meter las manos en la basura de los otros, deambular con frío o con calor por la ciudad, ser mal visto, maltratrado, ser sospechoso, ser el último eslabón de una cadena rota. Nadie puede elegir ese destino si tiene por delante uno mejor. Esta sociedad debería pedirles disculpas todo el tiempo por la mala vida, por las fábricas cerradas, por la discriminación que cotidianamente se ejerce contra ellos. En cambio, se los apalea en una estación, se los identifica como si fueran delincuentes y se los condena además al silencio: no tienen voz de queja ni de lamento, no hablan por televisión, no interesan. Reciben la atención de subhumanos por una sociedad alterada que les teme, acaso porque son el espejo deformado de los que todavía manejan un taxi o remarcan precios en supermercados. Están ahí, con sus miradas turbias de cansancio, y encima cuidándose de los palazos policiales. ¿Cuánto más se puede estirar esta soga de inequidad?

Fuente de datos: Agencia de Comunicación Rodolfo Walsh 24-10-05

 


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